LAS FIESTAS DE LA MAGDALENA

Las principales fiestas de la ciudad de Castelló son las que conmemoran su fundación que, denominadas fiestas de  la Magdalena, están declaradas de interés turístico internacional. Son nueve días de fiesta que se estructuran desde el tercer sábado de Cuaresma hasta el cuarto domingo de este periodo.

Actividades de las Fiestas de la Magdalena

El núcleo de la celebración es la Romería de les Cañas, con la participación de decenas de miles de castellonenses que cada año rememoran el hecho fundacional regresando al solar de sus antepasados, en el cerro de la Magdalena, de ahí su denominación. Esta costumbre tuvo en sus principios un carácter penitencial que aún se conserva hoy en día.

Junto a la Romería cabe destacar el protagonismo de las Gaiatas, monumentos de luz exclusivos de Castelló, que desfilan en la noche del tercer domingo de Cuaresma y que se instalan en distintas plazas a lo largo de toda la semana de fiestas.

Como fiesta grande que es, el día de la Magdalena tiene una gran víspera, con la celebración de la Cabalgata del Pregón, cabalgata anunciadora de la fiesta que se transforma en un desfile en el que participan los diferentes colectivos de la ciudad. Toda una muestra etnológica de tradiciones, folclore y costumbres locales en la que también destaca la participación de los distintos pueblos de la provincia.

Durante toda la semana se suceden los conciertos, los espectáculos pirotécnicos entre los que se encuentra su reconocido concurso internacional de mascletaes Ciudad de Castelló, la feria taurina, los desfiles de carros engalanados de las Collas, las actuaciones de grupos de teatro de calle, las verbenas y las diferentes muestras gastronómicas. Destaca en las fiestas de la Magdalena el certamen de circo a la calle, el Desfile Internacional de Animación o el Festival Internacional de Música de Fiesta. Nueve días intensos que culminan el último fin de semana con la celebración de la ofrenda a la patrona, la Mare de Déu del Lledó, y el Magdalena Vítol, espectáculo final que supone una particular forma de poner punto y final a unas fiestas que se caracterizan por su alto grado de participación popular.