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HISTORIA

Las fiestas de la Magdalena narran el hecho fundacional de la ciudad de Castelló. Fue el tercer domingo de Cuaresma de 1252 cuando los habitantes del Castell Vell se dispusieron a bajar al llano para asentarse en la que sería Castelló de la Plana. Previendo que el camino sería largo, las mujeres, niños y autoridades eclesiásticas colgaron faroles de sus gaiatos para iluminar la oscura noche y se aprovisionaron de distintos alimentos para el trayecto, entre los que destacaban los rotllos, fácilmente transportables al cuello. Una fuerte tormenta les sorprendió cuando cayó la noche, de modo que los antiguos habitantes hicieron servir las cañas para sortear los torrentes de agua. Una vez pasada la noche a la intemperie en la que ahora sería la Ermita de Sant Roc, el grupo continuó su camino atravesando el río Seco, que arrastraba mucha agua tras el temporal de la noche anterior. Finalmente llegaron a la villa, en la que se celebró una ceremonia religiosa. Fue allí donde nació el nombre de Castelló de la Plana, como conmemoración del lugar del que procedían y también del que iban a habitar en su nueva vida.

A lo largo de los años se ha mantenido la tradición de rememorar la fundación de Castelló de la Plana a través de las fiestas de la Magdalena, cuyos actos más representativos simbolizan lo que fue aquella histórica bajada. La Romeria de les Canyes, los rotllos, las gaiatas, la parada en Sant Roc. Todo ello sigue vivo hoy en día y tiene su origen en esta leyenda.

HISTORIA DE LA MAGDALENA